Paciencia, Daniel Clowes

El futuro no existe, carpe diem!

No tengo ni la más remota idea de lo que le pasaba por la cabeza a D.C. cuando creó esta historia. Y de nada sirven las entrevistas que le hacen, pues hablar del proceso creativo en este caso, ni enriquece ni alienta la experiencia lectora.

Como con los otros (Ghost World, Como guante de seda forjado en hierro), aunque con un regusto moderado (los años quizás, D.C.?), terminar una de sus historias distorsiona el entorno donde la has leído, duele la cabeza y –al menos en mi caso- no dejo de cuestionarme si mi lógica y mi cosmovisión tiene algo de real.

En este cómic especialmente, con los viajes en el tiempo y la descomposición en partículas de los personajes, el surrealismo supera las otras incursiones. Bien por ti, D.C.!! Has roto ese límite narrativo de la verosimilitud, has escrito una historia que no puede ser verdad, y que las (personas) lectoras leemos, creyéndonos hasta la última línea (escrita o dibujada).

Dato curioso: El nombre de la protagonista coincide con el tema. Saber esperar o esperar saber, es lo que orienta la acción del personaje principal. Alguien que es presentado con un perfil pasivo o reactivo, y que salta a la agencia más radical.

D.C. el antihéroe, convertido gracias a su obra en un autor de culto, al menos underground, aplaudido por restregarnos en la cara todas las miserias humanas. Me entusiasma la capacidad redentora del juicio humano, que santifica al creador de espejos deformes y dolorosos como este cómic. Todos mis respetos y valor para un autor como este, que aprieta con sus historias como un abrazo: primero te deja sin respiración; luego llega el alivio; finalmente el amargor y la desidia. Seguiré leyendo todo lo que escribas!

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