Sandman – Neil Gaiman

Ya he comentado que soy una enamorada de los cómics. Mi primera historia de amor con ellos comenzó cuando conocí -allá por los 90′s- al Morfeo de Neil Gaiman: Sandman. El personaje me invitó a redescubrir el mundo onírico. El autor – a quien adoro- me enseñó un lugar encantador (el mundo de las historias) desde donde mirar todo lo feo de este mundo, incluida la muerte. Y quien hacía las portadas (Dave McKean) ilustró muchos de mis sueños.

Recientemente Planeta ha terminado la recopilación en 7 tomos, cada uno de ellos dedicados a uno de los eternos. El primero al protagonista: Sueño.
Aunque este personaje es el principal y recorre todos los volúmenes, cada uno se centra en sus hermanos: Deseo, Delirio (antes Delicia), Destrucción, Desesperación, Destino (el hermano mayor) y Muerte.
Imaginad vuestras relaciones con hermanos y amigos. ¿Ya? Ahora hay que añadir que sois eternos. Historias infinitas, con el maravilloso y delicado guión de Gaiman, y un cuidado y coherente dibujo.

Porque no hay nada más irritante que un cómic, que es el género que debe combinar texto e imagen, que abuse del texto y descuide la imagen. O el tedioso – y sólo justificado económicamente- B/N del manga. O el cuadriculado, que sólo hace viñetas regulares, sin jugar con la perspectiva y la ruptura de las líneas.
Sandman no incurre en ninguno de estos errores, es más, inventa todo un lenguaje nuevo, no sólo por la historia, ni siquiera por la imagen; es un código distinto, un modo de cifrar nuestros sueños, que absorben nuestra atención, y hacen que siempre, siempre queramos leer más.

Lo último que comento, de verdad, tiene que ver con Muerte, la chica de la espiral debajo del ojo.Tiene una profesión muy dura y que nadie comprende. Ella sólo quiere ayudar y facilitar el camino en muchos casos. Para cogerla el cariño y el respecto que se merece, debéis leer esta serie

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