Seraphina – Rachel Hartman

El conflicto por la aceptación de la propia identidad, debatirnos entre lo que somos y lo que queremos ser, se vuelve insoportable si lo que somos implica tener escamas en la cintura y poderes de dragón, y lo que queremos ser es una simple humana.

Este libro es la presentación de Seraphina, hija de dragona encubierta en cuerpo humano (saar) y hombre, mutante destinada a habitar dos mundo en una paz acordada pero con unas diferencias irreconciliables.
Heredera de toda la tradición fantástica con su dragomaquia y a la par de los mundos de Marvel y sus X-men, resulta increíblemente original en la construcción de la historia y de los personajes.

Lo mejor, la inclusión de un jardín mental con sus grotescos, a los que tiene que cuidar cada noche, y que habitan ambos mundos.
Lo más trágico: una madre en formato recuerdos que la desmayan, la desarman y casi la destruyen, cada vez que se hacen presentes.

Lo peor: la arquetípica y trasnochada historia de amor entre el príncipe (al que le gusta la rarita que se le resiste) y la que se considera fea y de otra clase social (enamorada de imposibles y adicta al rechazo) 

Leo las reseñas y críticas de los blogs, de los que supongo adolescentes o muy jóvenes (y desde luego iletrados en alta literatura) y en todos encuentro la preocupación por lo poco «que engancha» el principio y por lo que tiene que mentir Seraphina para no descubrir su monstruosidad, es decir, para ser aceptada socialmente. Entiendo que esta es LA preocupación de esta edad, pero no deja de sorprenderme como oscurece, vamos ciega, el resto de características que me han encantado: la atención a los grotescos, la búsqueda de su genealogía y por tanto identidad. ¿Es más profundo o soy más vieja?

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